Homilía 16 de Mayo

Introducción
 
  La Ascensión del Señor nos pone ante un horizonte de esperanza.
Es la novedad de la pascua: muerte – resurrección – ascensión; la que llena de esperanza y sentido la vida humana, y nos muestra el camino de la VIDA PLENA y nuestra meta: EL CIELO
En la carta a los Efesios (2ª lectura) San Pablo nos lo dice con estas palabras: que el Dios del Señor  Nuestro Jesucristo el Padre de la gloria os de espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos. 
La esperanza cristiana lleva consigo una llamada a la misión y al compromiso; una invitación a no esperar del cielo soluciones milagrosas o revelaciones especiales. ¿Qué hacéis ahí mirando al cielo? (1ª Lectura) Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
La llamada a la misión comenzó a realizarse en obediencia al mandato«Ellos salieron a proclamar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con los signos que la acompañaban». (Evangelio)
Los ojos, puestos en Jesús, nos llevarán a vivir con “fe en el mensaje”, es decir, fe en la acción del evangelio.
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